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Centro Budista Zen Soto.PR

Precepto #3: No abusar de la sexualidad

Kyosho Valorie Beer

17 de marzo de 2022

 

 

Gracias por la dedicatoria tan bonita. Me alegro de verlos a todos, buenas tardes. Gracias por estar aquí en medio del mundo, si sabemos cómo causar sufrimiento, ¿no? ¡Oh, Dios mío! Vamos a empezar con un repaso del segundo precepto que estudiamos la última vez. Cualquier cosa que te haya surgido, preguntas, comentarios sobre: 'un discípulo del Buddha no toma lo que no se le da'.

 

Sandra - Maribel tiene una pregunta sobre cómo usamos el lenguaje, y cómo a veces la palabra que usamos transmite, en cierta medida, que estamos de acuerdo con lo que ha sucedido. El ejemplo que utiliza es en el uso de la palabra ‘rescatar’ un terreno en vez de ‘invadir’. La gente que no tiene una casa o un lugar donde vivir tomará, ya sea un terreno para construir algo, o tal vez un espacio vacío que no está siendo utilizado. En español tenemos una palabra que es rescatar, ¿qué es el rescate frente a tomar o invadir? Estas palabras dan un tipo de sensación diferente a la acción. La pregunta es: ¿se considera rescatar tomar lo que no se ha dado? Aunque podríamos estar de acuerdo con la acción, porque estas personas necesitan un lugar para vivir o un lugar al que llamar hogar, y por las muchas razones que conocemos, no han podido lograrlo.

 

Valorie - Estamos tratando de practicar los preceptos. Un reto, ¿verdad? La palabra en inglés para esa situación que acabas de describir es "squatter" (ocupante ilegal), lo que implica que esa persona está allí ilegalmente, que efectivamente ha tomado algo que no es suyo. Imagina que lo llamáramos refugio, en lugar de ocupación. No sé cómo vas a traducir eso, pero te haces una idea.

 

Tu pregunta es buena Maribel porque la etiqueta que le ponemos a estos preceptos muchas veces significa que hasta ahí llegamos. Así que, si acusamos a alguien de robar un terreno, o de robar los materiales para construir un refugio, entonces no tenemos que mirar la causa subyacente de por qué podría haber hecho eso, ¿verdad? No tenemos que mirar la falta de empleo, la falta de educación, la falta de acceso a los recursos que podrían haber llevado a esta persona a hacer este "robo". El lenguaje es un problema porque ponemos estas etiquetas como "robar", y luego nos lavamos las manos para no tener que hacer nada con los problemas subyacentes. Esto es, de nuevo, una buena indicación de que hay que tener mucho cuidado con las etiquetas que ponemos a las cosas.

 

Lo que sucede es que una vez que hemos puesto esta etiqueta a alguien, 'eres un ladrón, robaste', entonces no sentimos que tengamos que ver su sufrimiento. Este ejemplo que mencionas es muy bueno porque ¿cuál es el sufrimiento que les causa vivir en este pedazo de tierra frente al sufrimiento que padecen por no tener una casa? Pero si los etiquetamos y decimos "has robado", eso nos da una excusa, entonces no tenemos que mirar su sufrimiento porque son ladrones.

 

El lenguaje que utilizamos puede permitirnos ignorar el sufrimiento de otras personas. Por lo tanto, hay que tener cuidado con el lenguaje que se utiliza sobre las cosas, como lo que plantea Maribel.

 

Tercer precepto, un discípulo del Buddha no hace mal uso de la sexualidad. Los dos primeros preceptos, no matar y no robar, son relativamente sencillos, ¿verdad? Todos podríamos estar de acuerdo a gran escala en que matar y robar no son cosas buenas.

 

Entonces, de repente, llegamos al precepto número tres, la sexualidad. Una fuente de gran placer y gran sufrimiento. Una fuente de demostración de amor y odio. Así que, de repente, los preceptos se vuelven aún más turbios.

 

En la época del Buddha, este precepto se refería a los cuerpos y al tipo de cuerpo con el que se realizaba la actividad sexual, concretamente el adulterio, la violación, el incesto, el sexo con una persona menor de edad y la prostitución.

 

Esto último, la prostitución, nos lleva a una interesante historia sobre una mujer, Ambapali. Una mujer, aparentemente hermosa, de un pueblo llamado Vesali que era una cortesana real. Eso se traduce a una prostituta de la corte, que era sólo para los nobles.

 

Ambapali estaba al tanto del Buddha y siendo una mujer gentil, noble y con muchos recursos le dio una arboleda de mangos para que su Sangha viviera durante parte del año y le ofreció comida que él aceptó, él aceptó su oferta de una comida.

 

El Buddha aceptó la oferta de comida de Ambapali y los nobles de Vesali se indignaron y fueron a ver al Buddha y le dijeron: "¿Cómo es posible que aceptes una comida de esta prostituta?" Estaban furiosos porque él había aceptado una comida de esta mujer manchada, horrible, que estaba rompiendo todo tipo de preceptos por todas partes. Los nobles querían darle al Buddha una comida en su lugar y su respuesta fue: "No, voy a tomar la de ella porque ella lo pidió primero".

 

Para Maribel, los nobles habían calificado a Ambapali como una mujer completamente caída e irredenta que no era apta para dar ningún tipo de alimento al Buddha. Pero el Buddha aceptó su oferta y Ambapali fue a ver al Buddha para escuchar su enseñanza y escuchó la enseñanza y se convenció. Abandonó sus costumbres y tomó los preceptos, los mismos preceptos de los que estamos hablando ahora. Abandonó su vida anterior, se convirtió en participante de la Sangha budista y se convirtió en una mujer famosa, una buena maestra y una seguidora de los preceptos. Por lo tanto, no estaba congelada en este personaje con el que los nobles la designaban.  

 

Lo interesante de Ambapali es que no dejó de ser cortesana por el sexo, porque era una prostituta. El sexo fue sexo consentido entre adultos, así que no había daño, ¿verdad? No hay sufrimiento. Excepto que ella vio el sufrimiento que sus relaciones con estos hombres estaban teniendo en sus familias, en sus esposas e hijos, y se dio cuenta de que era esa segunda capa de sufrimiento la que no quería seguir creando. Este es un caso muy interesante, en el que el sexo en sí mismo no era el problema, porque se trataba de adultos que consienten y no sufren, pero era el sufrimiento a otras personas que eran familia de los hombres lo que ella quería detener.

 

Si tomamos la idea de que los preceptos nos ayudan a no causar sufrimiento, esta es una historia que nos muestra que nuestra definición inmediata de cada uno de estos preceptos, o la definición obvia, puede no ser la verdadera causa del sufrimiento. Incluso si pensamos que la prostitución está mal, puede que no haya habido una causa inmediata de sufrimiento. Pero hay capas de sufrimiento de las que quizá no seamos conscientes, y es importante estudiarlas. Algunos otros ejemplos que acaban de surgir, la prostitución, el coqueteo, la pornografía. Nuevamente, esto no es tan directo como: ¿Qué significa hacer mal uso de la sexualidad?

 

Como mencioné, en la época del Buddha, este precepto se refería al cuerpo y a los cuerpos con los que se tenía sexo. Pero hoy en día, no se trata sólo de una cuestión corporal. Es una cuestión de discurso, por ejemplo, hacer comentarios sexuales, llamadas de gato (cat calling) le llamamos en inglés. Tuvimos problemas para traducir esto antes, pero un ejemplo de una llamada de gato sería "Hola, cariño, ¿qué haces esta noche? Sonríe, cariño". Silbidos, invitaciones, "Ven aquí". Así que no es sólo una cosa del cuerpo, también es algo relacionado a la palabra.

 

Sandra - Hay una palabra en español que es 'piropo', que se refiere a cuando dices algo bueno sobre alguien, sobre su vestimenta, sobre su aspecto. Cuando yo estaba creciendo este acoso sexual se llamaba eufemísticamente 'piropear', y un hombre se sentía insultado si le contestabas y no aceptabas lo que decían. Pero la nueva generación de mujeres jóvenes lo llama ahora acoso callejero (acoso callejero sería una traducción literal). De hecho, están intentando que se apruebe una ley en nuestra legislatura para que de alguna manera los hombres tengan que responder por sus acciones. Así que las cosas han cambiado y siguen cambiando con el tiempo.

 

Valorie - Así que el discurso es un gran problema. Es cierto que el discurso no es un acto sexual en sí mismo, pero causa daño y sufrimiento.  Permítanme darles un par de ejemplos más de este precepto de no abusar de la sexualidad. Asumir que una tarea puede o no puede ser realizada por alguien de un género específico, ¿verdad? Los hombres no pueden cocinar, las mujeres no pueden hacer construcción, ese tipo de cosas. También, negar la orientación de género o la preferencia de alguien. Persistir en el uso de un pronombre de género, por ejemplo, con el que esa persona no se asocia. Negar la identificación de género sería también hacer un mal uso de la sexualidad.

 

Vamos a relacionar este precepto con los dos primeros porque están directamente relacionados.  Hacer un mal uso de la sexualidad podría ser literalmente matar a alguien -la gente muere por ataques sexuales- pero también podrían morir otras partes de ellos. El mal uso de la sexualidad podría matar la imagen que tienen de sí mismos, podría matar su deseo de relacionarse, podría robarles sus posibilidades. Si sólo las mujeres pueden hacer esto o sólo los hombres pueden hacer aquello, eso roba posibilidades a ambos sexos. Así que hay una relación muy estrecha entre estos tres primeros preceptos, bueno, todos ellos en realidad. Pero el mal uso de la sexualidad inevitablemente roba algo. Alguna parte de la identidad de alguien se pierde o se apaga y mata algo en su interior, quizás incluso la capacidad de amar.

 

En la época de Buddha, el antídoto contra el mal uso de la sexualidad era la fidelidad, el compromiso. Y en nuestro tiempo, añadiría, el consentimiento. Una última cosa sobre el discurso: si crees que hay alguna posibilidad de que cualquier broma o declaración sexual que vayas a hacer sea malinterpretada, mantén la boca cerrada.

 

La tarea para este precepto consistirá en identificar las formas en que utilizas la sexualidad en tu discurso. ¿Hay algo que puedas encontrar en tu discurso, o en la forma en que lo abordas, que sea inapropiado? Te daré mi propio ejemplo. Cuando estudié este precepto en profundidad, me di cuenta de que, si hay hombres y mujeres en la sala, tengo la costumbre de hacer contacto visual y hablar directamente a las mujeres y no a los hombres. A los hombres participando esta noche, me gustaría decirles que lo siento. Me disculpo por ese comportamiento que tiene sus raíces en algunas cosas de mi pasado, pero he tenido que hacer un esfuerzo para no excluir a los hombres en mi discurso. Y cuando los excluí, eso fue hacer un mal uso de la sexualidad porque les robé, les robé mi atención, lo siento.

 

Gracias. Ahora tomaré los comentarios y las preguntas.

 

Sandra - Voy a volver a cuando estábamos hablando de las capas de sufrimiento. Además de la prostitución y la pornografía, mencionaste el coqueteo y si pudieras ampliar un poco eso.

 

Valorie - Antes de responder a eso, quiero volver a los preceptos de matar, robar y sexualidad. Quiero reconocer que, hasta ahora en esta lista de preceptos, los dos primeros son opcionales, matar y robar. La sexualidad está en nosotros, lo que hace que sea infinitamente más difícil de tratar. Sólo quiero reconocerlo, así que esperaré a la traducción al respecto y luego abordaré la cuestión del "flirteo".

 

Como está conectado a lo que somos (hard-wired), el coqueteo se puede ir de las manos muy rápidamente. El coqueteo es una forma consagrada, una forma culturalmente aceptada de expresar interés por alguien. Pero también se puede utilizar para ridiculizar a alguien, para darle largas y dejarle caer, para convertirla en el blanco de una broma o para tomar represalias. Yo sugiero que el uso del sexo como arma de represalia ocurre. Tal vez lo hayamos hecho, pero la intención detrás del coqueteo necesita ser examinada. No digo que no esté bien hacerlo, hay una larga historia de coqueteo como una función importante para romper el hielo, pero puede transformarse y causar mucho sufrimiento, en muchos sentidos.

 

Permítanme anticipar que una de sus preguntas podría ser: ¿Significa esto que todos renunciamos al sexo? ¿Es esa la forma de adherirse a este precepto? ¿Nos volvemos todos como Ambapali? ¿Renunciamos a él y nos convertimos en monjes por el resto de nuestras vidas? No, porque renunciar al sexo y retenerlo podría ser también un mal uso de la sexualidad. Así que las capas aquí son muy complicadas, porque se trata de un imperativo biológico, porque hay muchas cosas culturales alrededor de él. Pero dejar de tener sexo tampoco es la respuesta, eso también podría ser un mal uso de la sexualidad. Retener, utilizar el sexo como un arma, también podría ser un mal uso de la sexualidad. Así que, de nuevo, se trata de una investigación muy específica para cada uno de nosotros; tratar de identificar lo que significa para nosotros el mal uso de la sexualidad.

 

Sandra – Añadía a la traducción que el mal uso de la sexualidad como arma va más allá de las relaciones personales, donde se hiere a alguien con la actividad sexual o se desquita uno de alguien negándose a tener actividad sexual. Pero en un contexto mucho más amplio, históricamente se ha utilizado, literalmente, como arma de guerra. En muchas guerras, las milicias atacan específicamente a las mujeres y a las niñas y la violación se utiliza como una forma de romper las sociedades, deshaciendo realmente el tejido cultural social que las mantiene unidas. Esto señala la importancia de la sexualidad para el ser humano. Tanto es así que puede ser un arma de guerra.

 

Valorie - Esto salió a la luz sobre todo en la complicada división de Bosnia-Herzegovina, que esta agresión fue utilizada como crimen de guerra.

 

(Transcripción directa de la grabación) Tania - Hola, mis disculpas por haberme incorporado un poco tarde, pero he podido escuchar algunos de los conceptos relacionados con este precepto. Tengo una pregunta con respecto a una palabra utilizada por Sandra cuando habló de la sexualidad, refiriéndose a ella como si estuviéramos programados. Pero no estoy segura de que estamos programados o si es que tenemos esa energía o impulso sexual desde que nacemos y luego construimos culturalmente cómo vamos a usar esa energía sexual, en nuestra sociedad. 

 

En muchas de nuestras culturas occidentales, y orientales también, la sexualidad ha sido un tabú, algo que está prohibido y desde la infancia se nos enseña que no se debe hablar de ella; no tener una manifestación saludable de la misma. Y empezamos a crear algunos patrones, programas que no son formas sanas de manifestarlo, afectando otras experiencias que podemos tener en nuestra adolescencia y más allá, en torno a nuestra sexualidad porque su construcción cultural como tabú no permite una expresión abierta de la misma.

 

Quería exponer esto y me gustaría escuchar cualquier comentario de Valorie o Sandra, o de cualquier otra persona con relación a esto.

 

Valorie - Gracias, Tania. Lo que has identificado es la ignorancia voluntaria, es decir, que deliberadamente no hay educación, no hay permiso para explorar la sexualidad de forma segura. Estos, el tercer precepto y el noveno precepto están relacionados de muchas maneras; el noveno precepto es no albergar ira, pero están muy relacionados. En primer lugar, la ira y el mal uso de la sexualidad suelen ir muy unidos. La violación es una expresión de ira poderosa, no un acto sexual, enraizado en la ira y el poder. No diría exactamente que tenemos un imperativo biológico hacia la ira, podríamos hacia la agresión, pero son cosas diferentes. Pero ambos, tanto la sexualidad como la ira son muy difíciles de tratar. Los preceptos son realmente difíciles aquí. Culturalmente, no hacemos mucho en términos de educación y exploración relacionadas a las formas de abordarlas. Le decimos a alguien que vaya a una clase de control de la ira, pero para entonces ya es demasiado tarde. Así que tenemos un par de estos preceptos que tienen una base biológica. Son extremadamente difíciles, tanto por su base biológica como porque no los tratamos bien en un contexto cultural. Así que, gracias por traer el tema, Tania.

 

Sandra – En la traducción estaba hablando un poco sobre la ignorancia voluntaria en nuestro propio contexto específico. Durante años hemos estado luchando con un sector de la sociedad que quiere mantener la ignorancia con respecto a la sexualidad y la identidad de género, y otro sector de la sociedad que entiende que la educación es una forma de reducir la violencia y el sufrimiento; intentando que la gente entienda que la educación es no causar sufrimiento a la gente. La educación es darle a la gente opciones y alternativas, pero esta contradicción de visiones ha traído muchos problemas en Puerto Rico y sé que en muchos otros países, incluyendo los Estados Unidos.

 

Valorie - Gracias. Gracias por añadir eso. Y quiero mencionar aquí que la ignorancia es la primera causa de esta rueda de sufrimiento en el budismo, y la imagen clásica de la ignorancia es una persona ciega que intenta encontrar su camino. Yo diría que esa ignorancia es no puedo ver, y la ignorancia voluntaria es no quiero ver.

 

Sandra - Nitza dice que le impactan cada vez más los efectos del lenguaje y cómo se construye, sobre todo la importancia que tienen cuando hablamos de los preceptos. Desde esa perspectiva, ella quiere saber si cuando hablamos de adulterio, si podemos mirar más allá de estar con otra persona o tener una relación sexual con otra persona. Si podemos hablar de adulterio en el contexto de ésta última parte de la conversación, en la que estamos cambiando y controlando lo que otros pueden ver o no ver, saber o no saber, entender o no. Si, desde esa perspectiva, también se puede llamar adulterio porque cambia las relaciones y las actitudes, las palabras, todo lo que hemos hablado de no querer que los demás vean.

 

Valorie - Mi impresión del punto anterior, antes de esto era que hay una discusión cambiante en torno a lo que constituye una violación sexual que requiere un cambio de lenguaje. Confieso que no veo un cambio de lenguaje equivalente en torno al adulterio, así que no estoy muy segura de cómo responder a esta pregunta porque no sé si hay una zona gris con el adulterio. ¿Y un cambio de lenguaje haría la diferencia? No estoy segura. Así que tal vez no estoy entendiendo la pregunta. Lo siento Nitza, tal vez uno de los traductores puede aclarar la pregunta.

 

Sandra - Creo que hubo un fallo en mi comprensión y, por tanto, en mi traducción. Nitza está diciendo que se refería a que al escucharnos ella piensa que las relaciones adúlteras van más allá de establecer contacto con otra persona a nivel de relaciones sexuales. Ella piensa que las relaciones pueden ser adulteradas con actitudes, palabras, coqueteos, ignorando al otro ser, invalidando al otro, socavando su autoestima, limitando lo que el otro puede ver, mediante comportamientos que llevan a adulterar la relación. Hay muchas formas de adulterar una relación y ella vio el término desde esa perspectiva. Pensó que a partir de la conversación que mantuvimos sobre el uso del lenguaje, se podría ampliar el concepto de "adulterar la relación".

 

Valorie - Sí, gracias. Lo entiendo mejor. Se trata de un adulterio emocional que puede no tener ni siquiera un componente físico. Y podría sugerir que el primer precepto que se rompe en el adulterio emocional no es el de la sexualidad, es el de la mentira. Estos se enredan mucho, ¿no es así? Y luego, como dices, el segundo precepto se rompe con el robo, con el robo de algo de una relación y tal vez incluso matando esa relación. Es muy interesante la idea del adulterio emocional, llevar tu intención afectiva a otro lugar y no ser honesto con tu pareja al respecto. Gracias por traer el tema.

 

Gloria - Lo que ha planteado Nitza me recuerda mi experiencia. Estuve casada durante seis años, tuvimos dos hijos, dos hijos varones y cuando decidí cortar la relación, estaba muy enojada. Estaba bien, pero estaba muy dolida. Sufría mucho y mis amigas me rodeaban y me ayudaban. Siempre salía muy contenta al estar con ellas, pero a veces muy triste porque seguía escuchando cosas muy negativas de él. Lo compartía con ellas, pero me preocupaba mucho porque se referían al varón como el difunto. Es decir, era como matar a la persona. Se retrata la rabia que uno siente. Tenía muy claro en mi mente que él era su padre y que iba a ser el padre por toda la eternidad. Así que tuve que ser muy cautelosa. Es muy complicado y me llevó bastante tiempo y mucha terapia y mucha reflexión para poder ser realmente cuidadosa en mi discurso y en cómo hablaba. Mis hijos son mis maestros. Al criarlos, el lenguaje, de nuevo, de cómo abordar sus necesidades, vieron cosas, ya sabes, y cuando hablaba de su padre o hacían preguntas, hubiese sido más fácil para mí decir "bueno, él nos dejó". Reconozco que es muy importante para los niños varones; la figura paterna es importante y la forma en que la tratamos es muy importante. Creo que ellos fueron mis maestros, me enseñaron a escuchar. Porque yo escuchaba primero.

 

Valorie - Gracias Gloria. Gracias por esa historia. Nicole podemos tomar tu pregunta.

 

Sandra - Nicole es consciente de que hemos estado hablando sobre el cuerpo y la palabra en relación a no abusar de la sexualidad. Su pregunta es ¿dónde entra la mente o el deseo? Y si ¿estamos haciendo un mal uso de la sexualidad al pensar o desear, aunque no lo digamos, o no lo hagamos?

 

Valorie - Gracias por haber mencionado esto, Nicole. Como sabes, en el budismo hay tres lugares de acción, el cuerpo, la palabra y la mente. Según el budismo, todo empieza en la mente, y cuando sale del cuerpo y de la palabra, ya es demasiado tarde. Todo comienza en la mente, y es en la mente donde tenemos que empezar a detenerlo. La manera de hacerlo es examinar el hábito mental que da lugar al hábito físico. Notar, por ejemplo, que cuando vemos a una persona atractiva de cualquier sexo, si lo que hacemos habitualmente es silbar, tomamos consciencia de ese hábito, y aprendemos a atrapar ese hábito antes de que salga de nuestra boca. Pero tienes toda la razón. Todo esto empieza en la mente; el cuerpo y la palabra no lo hacen por sí solos. Todo empieza en la mente, ahí es donde podemos cambiar la historia. Pero eso también es muy difícil porque es habitual. Así que, gracias por traer el tema.

 

Permítanme aclarar aquí en caso de que no fuera obvio por la pregunta de Nicole. Ninguno de estos preceptos se rompe en cuerpo y palabra. No lo hacen. Se rompen en la mente. ¿No es así? El discurso y el cuerpo son sólo los actores, sólo el mecanismo. La ruptura de estos preceptos y el mantenimiento de estos preceptos comienza con nuestro pensamiento.

 

Muchas gracias a todos. Gracias. Sí. Sí. Gracias, Gloria, Sandra. Buenas noches.

 

 

Transcripción por Otter.ai

La versión en inglés revisada por Kyosho Valorie Beer 

Traducción realizada con la versión gratuita

del traductor www.DeepL.com/Translator

La versión en español revisada por

Sai Ho Sandra Laureano y Carmen Ada Morales

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